Cartier-Bresson: el ojo del siglo XX (I: El Hombre)

retrato de Cartier-Bresson, en el que está enfocando con su Leica El pasado 2 de agosto fue el segundo aniversario del fallecimiento del que para muchos, servidor de ustedes incluido, fue el más grande de los fotógrafos del siglo XX, Henri Cartier-Bresson, considerado el padre del fotoperiodismo, y uno de los autores más influentes en la breve historia de la fotografía.
Nacido en Chanteloup, Seine-et-Marne (Francia) el 22 de agosto de 1908, en el seno de una familia bien situada que poseía una reconocida fábrica textil, su padre murió siendo él aún un niño y creció muy influenciado por su tío, pintor. De ahí le nace una profunda pasión por la pintura, y especialmente por el movimiento surrealista. Estudia pintura con el cubista André Lhote, tras lo cual viaja a Cambridge a estudiar pintura y literatura. De las rigurosas lecciones de Lhote nació su gusto por la forma, la composición y la geometría, que después aplicaría de forma magistral en la fotografía.
Tras el servicio militar viaja a Camerún, donde vivió cazando animales silvestres y vendiendo la carne en mercados, al tiempo que hacía sus primeras fotografías de los lugares por los que pasaba con una cámara portátil. Desgraciadamente, tan sólo siete fotografías de esta época sobrevivieron a los rigores del clima. Tras enfermar gravemente, vuelve a Francia, donde una fotografía de un desconocido autor húngaro, Martin Munkacsi, que muestra a tres muchachos en la orilla del lago Tanganika le impresiona profundamente y le decide a abandonar la pintura en favor de la fotografía. Comienza sus numerosos viajes por toda Europa y tan sólo un año después, realiza su primera exposición individual en la galería Julien Lévy, en Nueva York, y posteriormente en el Ateneo de Madrid.
En 1932 adquiere en Marsella una Leica con un objetivo de 50 mm, que sería su herramienta inseparable durante muchos años. «Una extensión de mi ojo», decía. En 1934, cruza el charco en su primer viaje a México, y posteriormente, viaja a Nueva York, donde se dedica durante un tiempo al documental cinematográfico.
Vuelve a Francia en el 36, y realiza junto a Jean Renoir algunas películas, a la vez que consigue trabajo en Ce Soir, un periódico de izquierdas, en el que conoce a Robert Capa y David Seymour. Publica su primer fotoreportaje (anteriormente había publicado fotos de moda en Harper’s Bazaar) en 1937 en la revista francesa Regards, sobre la coronación en Inglaterra del rey George VI, con la particularidad de que no hizo ni una fotografía del rey, centrándose en el ambiente de las calles de Londres.
Participa con el ejército francés en la Segunda Guerra Mundial, su unidad es hecha prisionera por los alemanes en 1940, y es internado en campos de trabajo hasta que logra escapar en 1943, después de dos intentos fallidos. Permanecería en la clandestinidad y realizando retratos para Ediciones Braun hasta agosto de 1944, cuando documenta la Liberación de París, y vuelve a Nueva York en 1945, a tiempo de ayudar a completar la exposición póstuma que el MOMA estaba preparando en su memoria, creyéndole desaparecido, y en el marco de la cual se publica su primer libro, Photographs.
En 1947 funda junto a Robert Capa, David Seymour, y otros fotógrafos, la Mítica Agencia Magnum. De los tres, fue el único que llegó a viejo: Capa murió al pisar una mina en Indochina, en 1954, y Seymour Szymin murió acribillado por metralla en Suez, en 1956.
En su época Magnum, Bresson viaja por todo el mundo realizando reportajes fotográficos allí por donde pasaba y convirtiéndose en testigo de los acontecimientos más importantes del siglo. Entre 1948 y 1950 recorre India (donde fotografía a Gandhi minutos antes de que fuese asesinado), Birmania, Pakistán, China (donde retrata el nacimiento de la República Popular), Indonesia (donde es testigo de la independencia de Holanda)… En 1954 se convierte en el primer fotógrafo occidental en ser admitido en la URSS, y en 1955 es el primer fotógrafo que expone en el Louvre, en la que fue también su primera exposición en Francia.
En 1952 publica su libro Images a la sauvette («Imágenes furtivas», o «Imágenes robadas»), con una ilustración de portada realizada por Matisse, gran amigo suyo. En la introducción, usó una frase del cardenal de Retz: «Nada hay en el mundo que no tenga un momento decisivo». Esta frase gustó a su editor neoyorkino, que tituló así el libro, y dió lugar a la expresión que perfectamente describe y con la que desde entonces se identifica la obra de Cartier-Bresson: El instante decisivo.
Años después, en 1955, aparece Les Européens, con portada de Miró, que recoje en 114 imágenes sus viajes por el viejo continente. Si alguien desea hacerme un regalo, una primera edición de este libro en buen estado sería un detalle muy bonito.
Y sigue viajando y fotografiando… Vuelve a China, pasa seis meses en la India, tres en Japón… En 1966 abandona Magnum y se centra más en el paisaje y el retrato, volviendo a recobrar su auténtica pasión, la pintura, desde 1968, y dedicándose a esta en exclusiva desde 1975, renegando completamente de la fotografía, diciendo que ésta es simplemente una especie de dibujo instantáneo.
Junto a su esposa Martine Frank (también fotógrafa de Magnum) y su hija Mélanie crea la Fundación Henri Cartier-Bresson, que empieza a funcionar en París en 2003. La Fundación mantiene el importante fondo fotográfico de HCB, organiza exposiciones y conferencias, y beca proyectos fotográficos.
Henri Cartier-Bresson falleció el 2 de agosto de 2004 en Céreste, Francia, a los 96 años.

Para saber más

Henri Cartier-Bresson. El ojo del siglo, es una excelente biografía de HCB, publicada en español por Galaxia Gutenberg.
Entrevista a Cartier-Bresson publicada en La Nación, el 9 de agosto de 1998.
Cartier-Bresson en la Wikipedia (inglés)
Artículos sobre Cartier-Bresson en elpais.es, algunos muy interesantes (y algunos de pago :P).
HCB en elhalo.com.ar, web argentina que incluye una muy completa biografía, con numerosas imágenes (y otras biografías y artículos igual de interesantes).
Ficha de Cartier-Bresson en la IMDB

En lo que a mí concierne, hacer fotografías es una forma de entendimiento que no puede ser separada de otras formas de expresión visual. Es una forma de gritar, de liberarse, no de probar o afirmar la propia originalidad. Es una manera de vivir.

Henry Cartier-Bresson

La fotografía no ha cambiado desde su origen excepto en sus aspectos técnicos, que para mí no son importantes.

Henry Cartier-Bresson

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1 respuesta

  1. encefalogramaplano dice:

    Efectivamente, para mí también, uno de los más grandes.
    Una de las citas que más me gustan y que se le atribuyen es:
    ?Para mí, la fotografía es situar la cabeza, el corazón y los ojos en la misma línea visual. Es un estilo de vida?
    También cuando decía:
    «al hacer un retrato se espera aprehender el silencio interior de una víctima constante, es muy difícil introducir entre su camisa y su piel un aparato fotográfico»

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