A kiss is just a kiss (I)
Todos guardamos en la memoria algún beso que recordamos con especial cariño. En el caso de la fotografía, dos son esos besos que han permanecido fijos a lo largo del tiempo: el Beso de despedida de la Guerra, de Alfred Eisenstaedt y Victor Jorgensen (dos autores, dos fotos, un beso), y el Beso en el Hotel de Ville, de Doisneau, del que escribimos hoy.
El beso más famoso de los varios que retrató Doisneau en las calles de París fue tomado (y dado) en la terraza del Hotel de Ville, el 1 de abril de 1950. Una anónima pareja se besa apasionadamente ante la pasividad de los paseantes que les rodean, y son inmortalizados por la Rolleiflex de uno de los fotógrafos más conocidos de la Francia de la época, que estaba trabajando en un encargo de la revista Life sobre amantes parisinos.
Durante muchos años se consideró esta imagen como una preciosa muestra de lo espontáneo del amor, y todo un icono del romántico París. Hasta que a finales de los 80, Jean-Louis y Denise Lavergne vieron la foto y pensaron que eran los protagonistas de la misma: estuvieron en esa misma calle ese mismo día, y con ropas muy parecidas. Así lo dijeron públicamente, e incluso fueron filmados para un documental sobre Doisneau. Hasta que se les ocurrió pensar que con el romanticismo de la historia no era suficiente, y decidieron ir a juicio para recibir parte de los derechos de autor de la imagen, que afirmaban había sido «robada» por el fotógrafo.
Muy convencidos deberían estar, porque en 1992 se supo que la anónima pareja no era tan anónima, aunque sí que era pareja: Françoise Bornet y su novio por aquel entonces, Jacques Carteaud, estudiantes de teatro en una escuela cercana a donde fue tomada la foto, fueron «reclutados» por Doisneau en el mismo café desde el que se tomó la famosa imagen para que posaran besándose, supuestamente repitiendo una escena que el fotógrafo había visto anteriormente. La pareja fue fotografiada también en distintos lugares de la ciudad, durante casi medio día. La prueba de esta afirmación era irrefutable: una impresión original, firmada por Doisneau, que el fotógrafo regaló a la señorita Bornet pocos días después de realizada la foto. Fotógrafo y modelos habían guardado el secreto durante cuatro décadas, hasta que lo revelaron en el juicio iniciado por los Lavergne.
El romance entre Bornet y Carteaud apenas duró unos cuantos meses, pero su beso sigue siendo todo un símbolo del amor romántico y de París, especialmente desde que a finales de los 80 Rapho (la agencia para la que trabajó Doisneau y que posee los derechos de la imagen), la lanzara como poster y vendiera en unos pocos años más de medio millón de copias, el cual aún sigue decorando miles de habitaciones adolescentes (bueno, suponiendo que los adolescentes aún sigan colgando posters en sus habitaciones). El original propiedad de Françoise Bornet fue subastado en abril de 2005, alcanzando la nada despreciable suma de 155.000 euros, pagados por un coleccionista suizo anónimo, con los que la ya septuagenaria dama pensaba financiar una productora de documentales. Jacques Carteaud, el mozo protagonista, que fue viticultor, falleció hace algunos años. La imagen, aparte de aparecer en millones de objetos de merchandaising, ha inspirado incluso una obra de teatro y fue la imagen que ilustró la campaña con la que París se postuló por los Juegos Olímpicos de 2012.
¿Que la foto estuviese preparada le quita mérito…? Una pareja besándose apasionadamente en medio de la calle, detenido el tiempo, impasibles ante un mundo que fluye a su alrededor, asimismo impasible…. No, no creo que le quite ningún mérito. Es una magnífica fotografía, tanto en técnica como en composición, la bufanda saliendo del abrigo, la postura de los amantes, completamente perdidos en su mundo, las manos, los viandantes borrosos o recortados…
Y es que un beso, aunque sea preparado, no deja de ser un beso.
Para saber más
Noticia sobre la subasta de la foto.
The Kiss, un extenso artículo del Kinsey Institute sobre el beso, en el que cuenta parte de la historia de la foto. [en]
Mucho más que un beso, artículo en El País sobre Doisneau.
El poster, en allposters.es
I would have never dared to photograph people like that. Lovers kissing in the street, those couples are rarely legitimate.
Robert Doisneau
hombre ahora decorara fondo de escritorio de ordenadores :D
Pues también es verdad ;)