Conceptos básicos: la profundidad de campo

Cuando enfocamos la cámara, el enfoque queda ajustado a un único punto (o plano, mejor dicho), pero siempre aparece un área nítida tanto por delante como por detrás de ese punto (plano). La distancia comprendida entre el punto más cercano y el más alejado dentro del enfoque (es decir, el área que aparece enfocada en la imagen) es lo que conocemos como profundidad de campo.
Una entrada cortita hoy, ¿eh? :)
Bueno, no, vamos a contar alguna otra cosilla, que este es un tema que da bastante de sí, a pesar de lo sencillo del concepto…
Para empezar, comentar que la profundidad de campo es siempre mayor por detrás del objeto enfocado. Es decir, dado un punto de enfoque, la distancia que aparece enfocada por detrás del mismo (más lejos de la cámara) es siempre mayor que la distancia enfocada por delante (más cerca de la cámara).
Obviamente, no hay un salto directo entre «enfocado» y «desenfocado» en la imagen. Entre un lado y otro hay un área difusa, y el área enfocada empieza donde cada persona es capaz de ver la imagen con suficiente nitidez…. (que normalmente es el mismo sitio para el todo el mundo, eso sí).
Aparte de esos detalles, hay tres elementos que influyen en la profundidad de campo:
– la distancia a la que está el objeto enfocado. Cuánto más lejos esté el objeto que enfoquemos, mayor será la distancia que quede enfocada delante y detrás del mismo. Y al revés, cuanto más cerca, menor profundidad de campo.
El caso extremo es la macrofotografía, en la que se fotografían objetos desde extremadamente cerca, y la profundidad de campo es tan escasa que es habitual, por ejemplo, fotografiar la cabeza de un insecto y que su cuerpo aparezca desenfocado. El caso contrario es el del paisaje, donde amplios espacios, por lo general lejos del fotógrafo, aparecen con gran nitidez en toda la imagen.
– la longitud focal del objetivo que estamos usando. A mayor distancia focal, menor profundidad de campo.
Un gran angular de 28mm, por ejemplo, ofrecerá una enorme profundidad de campo, mientras que con un teleobjetivo de 500mm aparecerá en foco poco más que el motivo principal. Esto último puede apreciarse en fotografía deportiva (donde aparece enfocado el futbolista que lleva el balón, pero no los que aparecen detrás de él, que se encuentran a pocos metros) o de naturaleza, donde es posible apreciar el detalle de un pájaro pero no el de las hojas de la rama en que está posado.
(aunque la gente de Luminous Landscape no está muy convencida de esto)
– la abertura de diafragma con la que tomamos la foto. A menor abertura (mayor número f, recuerden), mayor profundidad de campo. Una foto tomada con f32 tendrá una profundidad de campo mucho mayor que otra a f4, por ejemplo.
Este último parámetro es el que nos permite dar mayor juego a la profundidad de campo. Por ejemplo: en retratos, por lo general nos interesa difuminar el fondo, para que la atención se centre en la persona retratada. Por ello, usaremos una apertura alta (número f pequeño). En paisajes, especialmente cuanto incluimos algún elemento en primer o medio plano, nos interesa tener una gran profundidad de campo, por lo que tenderemos a usar aperturas bajas (números f altos).
Para facilitar el cálculo de la profundidad de campo, antiguamente se marcaban en los objetivos la profundidad de campo para las distintas aberturas (y distintas focales, en el caso de los zoom), pero con la llegada del enfoque automático esta costumbre ha desaparecido. La mayoría de las cámaras réflex (que no disponen de una pantalla de visualización previa) permiten comprobar la profundidad de campo con un botón situado cerca del objetivo, que cierra temporalmente el diafragma a la abertura selecciona, sin tomar la foto, de forma que podamos comprobar -o intentarlo, al menos- en el visor el área que quedaría enfocada en la foto. Y por último, muy poquitas cámaras (como la venerable T90 o las Canon EOS-3, 1D y 1Ds) disponen de un modo de prioridad a la profundidad de campo, en la que se seleccionan el punto más cercano y el más alejado que deben aparecer enfocados, y la cámara calcula el punto de enfoque y la exposición correspondiente (otras Canon, como la 350D o la 10D tienen un modo similar, pero que funciona con una única pulsación, lo cual lo hace extremadamente poco práctico de usar).

Para saber más

Calculadora de profundidad de campo. En inglés, muy útil para «ver» numéricamente lo que aquí contamos.
La profundidad de campo en la Wikipedia, un extensísimo artículo (en inglés)%

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2 Respuestas

  1. BioMaxi dice:

    Ah, y ya he leído lo de Luminous landscape… qué tío. La cosa es que mantiene el sujeto a la misma escala en el encuadre cuando la afirmación tradicional se refiere a todo el ángulo de visión. Vamos, que sabiendo un poco de mates/óptica se daría cuenta de que no ha refutado nada…

  2. igniszz dice:

    Yo conservo una EOS-100 que tiene el automatismo de profundidad de campo y es una pasada si te gusta juguetear con diferentes zonas de enfoque, y ahora tengo una 350D, probé el automatismo nuevo y llegué a la conclusión de la han cagado, a pesar de que lo hace todo ella solita, porque no le puedes marcar tú los puntos inicial y final, sino que los coje automáticamente a partir de los puntos de enfoque establecidos por la cámara. Conclusión, uno de esos automatismos propios de cámaras compactas para asegurarte una foto enfocada a prueba de torpes. Por cierto, los de Luminous son un poco tramposillos.