1888. La revolución Kodak

En los últimos años, con la llegada de la fotografía digital, estamos viviendo una auténtica revolución fotográfica. No en los aspectos técnicos, que también, sino en lo social: todo el mundo tiene una cámara. Y todo el mundo hace fotos (y la gente que hace años te miraba raro si te comprabas una T90 de 80 mil pelas, hoy no se corta en comprarse una compacta digital de 500 euros, lo cual no deja de ser curioso).
Una revolución similar, yo diría que la única comparable en magnitud, se vivió hace ya más de 100 años, allá por 1888, cuando un tal George Eastman sacó al mercado la primera cámara Kodak: la Kodak Camera Nº 1. Un cajón de madera de un tamaño aceptable, cargado con un rollo de papel sensibilizado de 100 exposiciones, con un objetivo Rapid Rectilinear f:9 de 57 mm, y una correa que permitía colgarla del hombro. Una vez gastado el «carrete» de 100 exposiciones, se enviaba la cámara al laboratorio de Kodak en Rochester, donde se revelaban las fotografías y se recargaba la cámara por tan sólo 25 dólares.
Para ponernos en situación y ser conscientes de la magnitud de este lanzamiento, hay que tener en cuenta que hasta ese momento el proceso fotográfico más habitual era el colodión húmedo: un sustrato mezcla de celulosa de algodón con nitroglicerina como solvente, y diluido con con éter y alcohol. Este sustrato debía prepararse antes de la toma y con él se impregnaba una placa de vidrio, que una vez expuesta tenía que ser revelada inmediatamente, con el colodión todavía húmedo. Esta solución tenía una sensibilidad ISO 6, por lo que requería de 2 a 45 segundos de exposición a la luz del día. Esta técnica, que aunque no lo parezca era todo un avance respecto a las anteriores, implicaba que un fotógrafo tenía que cargar no sólo con un pesadísimo equipo fotográfico con el que tomar las imágenes, sino también con el correspondiente trípode y un completo laboratorio portátil (productos químicos incluidos) con el que preparar el sustrato y revelar la placa nada más tomar la foto. Ser fotógrafo, sobre todo fotógrafo de viajes, era toda una aventura.
Lo que la Kodak nº1 supuso fue que cualquier persona podía tomar una foto, evitando ese costoso y complejo proceso, lo que en la práctica fue el primer paso para la democratización de la fotografía. En 1900, cuando ya llevaba más de cien mil cámaras vendidas, fabricaba más de 500 kilómetros de papel fotográfico al mes, y disponía de otro fábrica en Inglaterra, Kodak dió un paso más allá con el lanzamiento de la popular Brownie, una cámara de un dólar que estuvo en producción, con ligeras variantes, hasta 1935, y de la que se vendieron millones de ejemplares. Esta cámara usaba rollos de película que podían ser cargados en la cámara a la luz del día (rollos que la misma Kodak había lanzado varios años antes), permitían seis exposiciones y costaban tan sólo 15 centavos. Así, Kodak dió el siguiente gran paso para la difusión de la fotografía, al ponerla al alcance del bolsillo de prácticamente cualquier aficionado. Sin ninguna duda, buena parte de lo que hoy entendemos como fotografía no hubiera sido posible sin las innovaciones del señor Eastman.
Más tarde, allá por los años 20, vendrían las míticas Leica y otras marcas, que ofrecían cámaras más ligeras y con ópticas de mayor calidad, y que fueron muy bien recibidas por los profesionales de la época. Pero esa es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.

Para saber más

Historia de Kodak (inglés)
Historia de Kodak (en español, no tan completa como el antrior enlace)
The Brownie page.

Usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto.

George Eastman. Slogan de Kodak

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5 Respuestas

  1. BioMaxi dice:

    Una pena que por culpa de el avance digital hayan sucumbido ante la democratización de la fotografía que ellos mismos iniciaron.

  2. Netito dice:

    Pues sí, y eso que también fueron pioneros en el desarrollo de SLR digitales, con sus DCS 14, que hace tres años y medio ya daban 13.5 Mpíxels… :(

  3. Victor dice:

    Existe un artículo titulado:
    El día en que murió la fotografía.
    But something touched me deep inside
    The day the music died
    (Algo me conmovió profundamente
    El día en que murió la música)
    Cantaba Don McLean en la famosa canción «American Pie» aludiendo a la muerte de Buddy Holly, Richie Valens y The Big Bopper el 3 de Febrero de 1959 en un accidente aéreo. Tan importantes eran los fallecidos en el mundo de la música popular americana que aquel suceso se conoció como «El día en que murió la música».
    Algo parecido ha ocurrido con los anuncios de Nikon y KM. El más relevante, aunque haya pasado relativamente desapercibido, corresponde a Nikon. Se acabaron las cámaras de carrete para esta empresa, que atesora una parte importante de la herencia fotográfica moderna. Sólo la F6 (ese gran error) se escapa de la hoguera, y por poco tiempo; más que nada por salvar la cara ante sus clientes y la prensa especializada. Bueno, la FM10 también se mantiene pero, al estar fabricada por Cosina, carece de importancia. Si queda algún amante de la fotografía que piensa en la supervivencia de la película fotográfica, se lo pueden decir más alto, pero no más claro: la sentencia de muerte está escrita en la pared y con letras muy grandes.
    El anuncio de KM también conmoverá profundamente a la mayoría de aficionados a la fotografía que tengan más de quince o veinte años de afición. Minolta ha sufrido un destino cruel, desde su monumental tropezón con el APS, formato por el que apostó la compañía y -como ahora se demuestra- la perdió. Sin encontrar lugar para sus réflex y objetivos entre los profesionales, con escaso éxito en las digitales compactas y llegando tarde, muy tarde, al mundo de las réflex digitales mendigando a Sony sensores APS (¡de nuevo esas fatídicas siglas se cruzan en su destino!), acaba en manos de Konica. Otra perla, adicta a la fabricación de película y papel fotosensible, además de a los minilabs.
    La fusión arrasa con Minolta. Las cosas se ponen cada vez más feas y el amo de KM no se lo piensa dos veces: ¡a soltar lastre! Aunque en lo echado por la borda se pierda todo un capítulo de la historia de la fotografía moderna. Para empezar, todo lo relacionado con al fotografía química se cierra. Las cámaras digitales compactas siguen el mismo destino cruel, incluida la famosa serie 7/A de Minolta. Sólo queda algo vendible: las réflex digitales y los objetivos de Minolta. ¿Y quién es el comprador? Sony, empresa poco relacionada con la fotografía clásica pero con gran poderío y tradición en la electrónica de consumo.
    La venta es rápida y total. Tras un acuerdo fantasma, publicado a mediados de julio pasado, en el que ambas compañías anunciaban el desarrollo conjunto de cuerpos réflex digitales, se pasa a la venta de «activos concretos» a Sony, junto con toda la responsabilidad del servicio técnico de las cámaras existentes. Liquidación total hasta cese de existencias, es la mejor definición. KM se lava las manos, para concentrarse en la venta de productos al mundo empresarial y en el mercado de componentes optoelectrónicos. Sony tiene total libertad para seguir manteniendo el sistema fotográfico compuesto por la montura A, los objetivos, las cámaras y los accesorios correspondientes. Puede potenciarlo, modificarlo, enterrarlo. Lo que quiera. Es suyo. ¡Bye bye Minolta! Adiós a una tradición fotográfica que se remonta a 1929.
    Es duro que te lo digan así, directo, a la cara y sin tapujos: que la fotografía como afición y como estética ya no tiene cabida en el mundo empresarial. Que no existe la menor lealtad a los clientes, sólo a la cifra trimestral de resultados. Que los productos fotográficos sólo se diseñan para venderse rápido y bien, sin continuidad ni conexión con la tradición. Que el espíritu de una marca sólo está en la mente de los fieles a la misma. Que una cámara o un objetivo es, ni más ni menos, igual para su fabricante que una lavadora o un televisor.
    Recordemos, pues, que el 19 de enero de 2006 fue el día en que murió la fotografía.
    [[Perdón por el copia-pega]] pero no sabía si meter un simple enlace.

  4. Netito dice:

    Bueno, el enlace no estaría mal, más que nada para reconocer al autor original ;)

  5. Victor dice:

    Cierto, fuente: Imagen Libre

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